Katrina


Katrina trajo inseguridad al país que ha hecho de la seguridad su razón de ser. La cantidad de muertes es espeluznante. Al momento de escribir esta nota, ya son más de medio centenar de fallecidos, y los daños materiales los más costosos alguna vez provocados por una tragedia natural. Katrina, o la madriguera del caos.

Se diría que en los Estados Unidos la gente no muere de causas naturales –que todo es precisión civilizatoria, que todo está definido de antemano por el arbitraje de un modo de vivir maniáticamente codificado– pero luego viene un fenómeno como Katrina y uno se da cuenta que allí también la gente se muere sin poder hacer nada al respecto, y por encima de todo que allí también la gente se está muriendo de miedo –como todos nosotros.

Ciertamente, hay algo intensamente bíblico en las imágenes que pudimos ver en la tele: las calles de la grácil Nueva Orleáns completamente inundadas, como en una especie de venganza bíblica, puesta allí por un Dios castigando liviandades.

Por supuesto, no hay tal cosa. Pero uno se pregunta si, tomando en cuenta el discurso mesiánico–político que se ha venido formando en los últimos años en los Estados Unidos, no vendrá un repunte aún mayor de paranoias religiosas, frente a las fatalidades que se han venido apilando. El miedo establece relaciones tenebrosas. Y lo más preocupante: tiende a reaccionar.

El terrorismo, si lo vemos de cerca, es una especie de huracán, una especie de deflagración, de energía inconsolable. Es relativamente imprevisible, es fulminante, y causa daños masivos, y trae consigo una ira sin límites (morales, notablemente).

Con ambos flancos siendo atacados –desastre natural (con su sombra de culpa: la no ratificación del tratado de Kioto) y desastre cultural (las facciones oscuras del Islam)– la verdad es que Norteamérica no debe estar pasándosela muy bien que digamos. Es un gran momento para mostrar nuestra solidaridad con ella. Aunque ella no nos esté pidiendo nada, y ya no sepa cómo pedir.


(Columna publicada el 3 de de septiembre de 2005)

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