Floripundia

Con la calamidad Bancafé, es de pensar que no pocos clientes del Cuscatlán corrieron encrespados a la agencia más próxima, con el propósito primario de sacar su dinerito de la cuenta offshore, y colocarlo debajo del colchón de una cama Olympia Soñadora Plus Matrimonial. Temían correr una suerte análoga a la de miles de compatriotas suyos, que quedaron a raíz del descalabro bancario en la pura lipidia (más de alguno optó por matarse). Pero los banqueros del Cuscatlán, que no son gibosos ni ancianos, sino jóvenes y orgánicos, simplemente sonreían a estas masas contrariadas, y decían una sola palabra: “Citigroup”. Las masas contrariadas salían de vuelta a la calle, con la misma serenidad con la que el feto duerme en el útero, en el útero de la multinacional bancaria por definición, esto es: Citigroup (Citi, para allegados). Al parecer, cuando una persona se encuentra en estado de pánico, cuando en miedo, cuando aterrada, esta palabra tan asertiva y corporativa posee propiedades taumatúrgicas, y de esa suerte entra de inmediato en un trance hipnótico–tranquilizador. Se entiende por qué: Citigroup es el mayor conjunto financiero de los Estados Unidos; tan masivo que de entradita pagó $1,510 millones por el consorcio UBC (operaciones en El Salvador, Guatemala, Costa Rica, Honduras y Panamá, 5,000 empleados, 202 sucursales). Previamente, Citi había adquirido el Grupo Financiero Uno, con lo cuál quedó cubierto el espectro en sus dos ramas–ríos: banca y crédito. A partir de aquí, podrá hacer, más o menos, aquello que se le venga en gana. Así que mientras en Guatemala nuestras instituciones bancarias naufragaban en una afelpada greda pestilente, el grupo de origen salvadoreño formalizaba, como se dice, “sólidas alianzas”. Al parecer, los clientes de Cuscatlán dormirán en sus camas Olympia Soñadora Plus Matrimonial. Es como si les hubieran puesto una flor de floripundia bajo de la almohada.


(Columna publicada el 19 de mayo de 2007.)

2 comentarios:

Prado dijo...

lo que no termino de asimilar, es que, la gente que le dio su dinero a dora la ganadora y don ahorrón el peluchón ahora se venga a quejar porque se lo robaron (me voy a comprar un títere, eso vuelve rico a cualquiera, parece ser)

Maurice Echeverría dijo...

Buen punto.

 
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