Apocalipsis viral
Es curioso cómo el ser humano ha logrado poner de rodillas a bestias gigantescas, a los depredadores más temibles, a las más respetables máquinas de matar, a los guerreros más vigorosos de la naturaleza, pero la naturaleza tiene a su disposición otro ejército, quizá no grande de tamaño, pero sí en número, y sobre todo invisible, y huidizo, debido a los llamados cambios antigénicos. Los reajustes sanitarios para enfrentar dichos cambios no son lo suficientemente veloces, o son demasiado costosos, y las empresas farmacéuticas están demasiado ocupadas haciendo pastillas para adelgazar.
Un reporte de la OMS sobre la gripe aviar considera que ésta “se caracteriza por su rápida aparición, por la gravedad de sus síntomas y por su evolución fulminante, con una mortalidad muy cercana al 100%”. La OMS ha advertido sobre el riesgo de una pandemia, o epidemia a escala mundial, en un futuro cercano.
La gripe aviar tiene aproximadamente un siglo de haber sido identificada. En 1997, rebasó el campo puramente animal para transferirse el reino humano (por cierto, en Hong Kong). En China se ha confirmado esta semana el décimo caso de gripe aviar.
Es normal hasta cierto punto un cierto grado de negación ante estos fenómenos, pero no es aconsejable. Si el miedo nos quiere trepar por el costillar, hay que dejarlo. Hay que sentirlo. Y hay que actuar. Los verdaderos héroes no vuelan en aviones de millones dólares, acribillando a niños indefensos. Los verdaderos héroes están trabajando detrás de los microscopios.
(Columna publicada el 28 de enero de 2006.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario