La pesadilla

Vivir en Guatemala es como astroviajar a las comarcas del irracionalismo. Me refiero al reciente robo de 475 kilos de coca en el SAIA el pasado 31 de diciembre.

El Servicio de Análisis e Información Antinarcóticos, o SAIA, ha venido dando muestras, ya no sólo de incompetencia, sino de llana corrupción.

La SAIA es el sustituto del antiguo DOAN, terror de los consumidores de a pie, pero nunca de los expendedores, que hacen siempre lo que se les da la gana. Después de varios escándalos mayores, el DOAN fue disuelto en el año 2002.

Los mismos escándalos se repiten ahora en el seno de la SAIA… Ya en noviembre del año pasado, reventaba el caso de Adán Castillo, Jorge Castillo, y Rublillo Orlando Palacios, aprehendidos en Virginia, con lo cuál quedó demostrada la eficacia de la DEA para montar operativos tenuemente cinematográficos, y en cambio su estrafalaria incompetencia para establecer unidades satélite anti–droga en América Latina.

La colombización de Guatemala es un hecho cada vez más evidente. El problema es además que Guatemala ha cesado de ser un país–pasillo para narcóticos, y se ha convertido en sí mismo en un paraíso autosuficiente de consumo doméstico, con todo lo que ello implica: una jerarquía sacerdotal de corrupción que va desde altos zares de la droga injertados en el Estado hasta las bases más anchas de la población civil (los adolescentes reventados de miseria y no future: por ejemplo, ¿se ha estudiado lo suficiente los nexos entre las pandillas y la droga…?), pasando por la falsa prosperidad urbana/vertical de los últimos años… y, tan lindos, todos esos edificios y apartamentos empapelados con dinero cochino.

Por las noches, tengo pesadillas con todos esos narcos sanguinarios y nocturnos que se meten en las bodegas a robar la droga incautada. A todos nos pasa. Nos levantamos empapados de sudor y llamamos a mamá, pero mamá no vendrá a calmarnos, ni a cantarnos una canción de cuna, porque mamá se ha vuelto adicta, ella también, a la piedra. Una maldita pesadilla.


(Columna publicada el 7 de enero de 2006.)

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