Sobre el SIDA

El jueves pasado se celebró el día del SIDA, con gran despliegue de conciencia alrededor del planeta. El SIDA encierra nuestros temores capitales, todavía hoy. Siendo una enfermedad de origen (o al menos de impacto) reciente, y aún sin cura conocida nos da una muestra cabal de cómo la muerte innova, y tiene en su haber a brillantes técnicos trabajando para ella, desarrollando nuevas tecnologías, nuevos rompecabezas orgánicos, nuevas biosórdidas posibilidades. ¿Qué extraños y nuevos patrones virales se están gestando en la oscuridad? Y la pregunta más desquiciante: ¿y si la oscuridad somos nosotros? Es decir: ¿y si nosotros, con nuestros hábitos globales, hemos, no sólo perpetuado, sino sobre todo despertado este virus, de su letargo zombie? En los pabellones desérticos del orbe, cuarenta millones de sidosos esperan sin esperanza, como cartílagos de una gigantesca criatura destazada.

El SIDA arrasa particularmente en el Tercer Mundo: está, de un modo monstruoso, en el África. Hay que ver a tantos millones de africanos, saltimbanquis sin más trapecio que el vacío, en caída rectilínea hacia el olvido, con sus rostros blancos y céreos, y sus cuencas llenas de sangre enferma. Está, de un modo monstruoso, en Guatemala, en dónde los guatemaltecos ignoran las cifras reales, el alcance real de esta enfermedad. Si pudiéramos ver esta enfermedad como quién mira una de esas imágenes térmicas infrarrojas, andaríamos gritando por las calles, presos de un terror sin límites. Es decir: saltaríamos desde las cornisas, como animales rabiosos.

Que en paz descansen los muertos de SIDA. Que en paz descasemos todos, para el caso, es igual: estamos muertos de indiferencia, discriminación, y soberbia moral. Puesto que el SIDA es una realidad que se define en nuestras cabezas, con nuestras decisiones y creencias, somos directamente responsables de la manera que el SIDA se dilata. Tanto si prohibimos el condón, como si alimentamos la estética de la promiscuidad, somos responsables.


(Columna publicada el 10 de diciembre de 2005.)

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