El hormiguero


Fueron las torres gemelas las que cayeron en su momento, y no la Basílica de San Pedro. Es importante tomar nota de ello, porque hasta ahora la guerra de los extremistas se había concentrado en desbaratar un espacio simbólico más laico que religioso, más prosaico que espiritual, contrario a lo que vulgarmente se piensa. El objetivo era destruir, por medio de una metáfora contundente, un estilo de vida encarnizadamente repudiado: el linfático estilo de vida del Imperio.

A pesar del discurso burdamente maniqueo del presidente Bush, que se constituyó como el abogado supremo de las cruzadas contemporáneas, se había logrado mantener el conflicto en las lindes de la esfera ideológica, más que teológica. Pero las recientes declaraciones de Ratzinger amenazan este frágil equilibrio.

No quiero sugerir que el espíritu religioso sea solamente una máscara del terrorismo (es una tentación seductora, pero falsa), sino decir que los extremistas han estado en todo caso defendiendo la nación del Islam, y en tal sentido sus ataques no son distintos a los ataques de cualquier otro nacionalismo. Es una ciudadanía la que están reclamando. Una ciudadanía terrenal (motivada por las promesas de lo milagroso, pero terrenal al fin) y una geopolítica (que por demás ya consiguieron). Una habitación entre las razas.

Lo que el muy torpe de Ratzinger no comprende es que no es lo mismo pelear con el Islam que pelear con Alá. Se puede decir que el ecosistema religioso y diseño ecuménico llevado a cabo por el papa Juan Pablo II se ha venido al suelo: como poner un rústico pie en un delicado hormiguero. Y ahora las hormigas están bravas. He aquí los monstruos de la razón de Goya. A veces, reivindicar la razón (se dice que la declaración era una cita académica, nomás) es el acto más irracional que existe, y al respecto la Iglesia Católica posee un muestrario abombado.

Benedicto XVI ha legitimado con su palabra santa la guerra santa. Que el Misericordioso tenga compasión de todos nosotros.


(Columna publicada el 23 de septiembre de 2006.)

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