La guerra de la percepción


Vino; vio a las cámaras; se fue.

La brevísima visita del presidente de los Estados Unidos implica una cierta desproporción respecto a la cantidad de esfuerzo, energía, especulación, capital humano, y capital a secas, que en tal visita se invirtió.

Yo creo que está pensado para que así sea. Se concertó una aparición discreta, suavecita, de Bush, pero, a la vez, y de otro lado, no escatimaron esfuerzos epatantes para mostrar el aparato y poderío de los Estados Unidos (agentes, aviones, una avanzada dramática, casi indecente). Un gran teatro para un simple monólogo.

Es el clásico binomio del policía bueno y el policía malo. Ya saben: en las sesiones de interrogación siempre hay un policía afable (Bush en Iximché, tocando verduras, jugando con niños) y luego el policía malo (esos aviones atrozmente ruidosos, sobrevolando la ciudad, el ejército en las calles).

Queda claro que la gira de Bush por los Estados Unidos fue pensada –no privativamente para hacer acuerdos políticos– sino en primera instancia para agenciarse percepción, últimamente acaparada por Chávez, como se sabe. Incluso la alianza Brasil/EEUU en el tópico del etanol conduce no a un interés genuino por la bioenergía, sino es más una reapropiación pública del territorio latinoamericano, a través del símbolo más contendido y voraz del momento: el combustible.

Es por lo mismo que Bush vino a Guatemala y no fue a El Salvador. Se pensaría que El Salvador era su parada formal en Centroamérica, pero en realidad los Estados Unidos no necesitan de El Salvador, que ya tienen explícitamente a su lado. Pero incluir a Guatemala en la gira era arriesgado: como ejemplo de aliado democrático de los Estados Unidos, Guatemala es un ejemplo deplorable, no se diga en estos días.

Algunos dicen que Chávez tiene ya suficiente poder como para obligar a Bush a salir del corral. Eso, en parte, es cierto. Pero no hay que subestimar la capacidad de Washington de rehacer una política externa agresiva vis-à-vis de Latinoamérica.


(Columna publicada el 17 de marzo de 2007.)

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