El hígado de Yeltsin


Poco a poco se ve que ya estamos en pleno siglo XXI. Los gobernadores de los antiguos regímenes totalitarios mueren liquidados (Milosevic, Sadam) o simplemente de senilidad y decrepitud (Lucas García, Pinochet). También los gobernadores de transición están cayendo: Yeltsin.

Y es de Yeltsin de quien quiero hablar ahora. Es curioso, pero una de las cosas que más yo recuerdo de cuando Yeltsin estaba en el poder es una nota que apareció en un diario local en donde se hablaba de su mala salud: un infograma sofisticado mostraba la miríada de cosas que no funcionaban bien en su cuerpo, ni pocas ni desdeñables. Muchos de esos síntomas provenían de una dinámica afición al vodka. Imaginemos el hígado de ese hombre alegre (su hígado era una metáfora del país entero). Es decir que los rusos tenían a un dipsómano por presidente.

Que aún así, duró mucho más de lo esperado (76 años).

A Yeltsin se le recordará por varias cosas. Es la primera figura de poder que emerge luego del último estruendo soviético (primer presidente electo ruso). Fue enterrado por un alud: el desempleo, la colectiva crisis infinita de un mamut reagonizante, la corrupción oportunista, circunstanciada por décadas de burocracia. Una Rusia en harapos. A la vez, de Yeltsin proviene ese gran desajuste que hoy llamamos Chechenia (cuando se dice que Yeltsin llevó al país a un nuevo derrotero sin derramamiento de sangre es completamente relativo). También lo recordaremos por su relación con Gorbachov, con quien tuvo desencuentros famosos. En su biografía, por fin, está su dimisión. Las democracias asisten a su entierro. La Plaza Roja no será depositaria de sus restos.

He leído las declaraciones mortuorias pronunciadas por distintos contemporáneos suyos (Solana, Bush, la Thachter, Gorbachov, Chirac). Son éstas palabras ampulosas, institucionales, previsibles, y vacías. Así es como Yeltsin será amortajado por la historia. Sobre él han puesto una bandera de retóricas.

¿Mencioné la causa de su muerte? No fue el hígado. Fue el corazón.


(Columna publicada el 28 de abril de 2007.)

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