La Hidra

Días preelectorales, excelente timing para someter el tema de la CICIG a voto. Casi palpable allí un diseño, un plano dirigido… No deja de preocupar y preocuparnos por supuesto las palmadas tan de plano entusiastas del Departamento de Estado de los Estados Unidos…

Siendo así que la lupa pública está emplazada de un modo muy particular sobre los diputados, por las venideras votaciones, éstos debieron obligadamente mostrar recato, buenas maneras –y el proyecto se convirtió en realidad. Eso sí hubieron lugares comunes (FRG) y apostasías sonadas (Fajardo, Girón) y gritos soberanistas en paleta.

Siento una especie de obligación de escribir sobre la CICIG. Es un tema que me viene llamando la atención desde hace un rato ya, desde la CICIACS.

Salvo ciertas paranoias de analista y una desconfianza siempre briosa y saludable hacia el tufillo Naciones Unidas, faltaba más, me pareció desde un principio que una propuesta como ésta podía ser alguna especie de bisagra transicional entre el éxtasis de la mirada internacional de la inmediata posguerra, y la autonomía que necesariamente vamos a tener que generar algún día, si queremos pasar a ser, bueno, varoncitos. Se ha ido retirando el ojo global de Guatemala, sí, en pos de nuevos conflictos (y hélas ya tan viejos), notablemente hacia el Medio Oriente, y hemos quedado con la dentadura como huérfana, mordiendo corrupción y malas pasiones subsociales.

Me incliné por el tema, pareciéndome que había que reconocer que el crimen que hemos vivido en estos últimos años y estamos malviviendo hoy en día no resulta de iniciativas insulares, sino que hay en ello hay toda una continuidad celular, y mientras no reconozcamos esta característica suya –holística y ecuménica– no avanzaremos gran cosa: desmochando cabezas que volverán a nacer cagándose de la risa, como en toda Hidra que se precie de serlo.

Está votado, es un paso: nunca suficiente para construir la epopeya democrática, sin embargo. Muerta la Hidra, aún le faltaron a Heracles otros diez trabajos, un montón de talacha, si lo vemos bien.


(Columna publicada el 11 de agosto de 2007.)

2 comentarios:

Oswaldo J. Hernández dijo...

Me causa intriga el anagrama dispuesto en las dos veces mencionada palabra: CIGIC. Aunque intuyo; International Commission against Impunity in Guatemala.

Maurice Echeverría dijo...

Tenés razón, no es CIGIC, es CICIG. Se agradece el tacto, realmente. Voy y lo cambio ahora mismo. m.

 
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